domingo, 6 de marzo de 2016

Reseña de "Room"


En un año con un nivel cinematográfico considerablemente bajo, una cinta pequeña entraba con timidez en Toronto y salió de este festival con el premio mayor; es ahí donde empezó la carrera de Room: estupendas críticas, la frontrunner de la categoría de mejor actriz; y aunque tambaleó con la ausencia de los gremios importantes logró meterse en la categoría de mejor película y director en los Oscar; y además de ello contaba con el tráiler más apetecible del año: ROOM se convirtió en mi top 1 de las cintas esperadas del 2015. Las expectativas estaban por los cielos (y todo sabemos que es un error esperar tanto de una película).
Cinematográficamente hablando no tiene nada innovador, no hay grandes escenas o planos secuencia que admirar, ningún crítico va a decir que esta película marcará un antes y después, el aparente tono sombrío y claustrofóbico en realidad no es tan crudo y la cantidad de sensibilidad que puede aportar para algunos podría haberse quedado a medias, sin embargo, hay algo tangible, algo grande, algo verdaderamente mágico en esta película que no se puede medir o discutir a profundidad; no hay que darle muchas vueltas al asunto: Room es una experiencia de proporciones inconmensurables, una película pequeña y sencilla donde la grandeza consiste en la capacidad universal que tiene de llegar al espectador, el ojo crítico puede insistir en la falta de recursos que posee pero yo no tengo ninguna duda de que Room es la cinta más emocionante, intensa y conmovedora del 2015. El gran acierto de ella es que a pesar de los duros y crudos temas que toca está hecha con una finura y una exquisitez tan mesurada que evita en todo momento el maniqueo excesivo, le da al espectador exactamente lo que está buscando.


La historia empieza con la vida de Jack y Joy en la habitación donde un secuestrador la ha mantenido por 7 años, no hay un inicio morboso o deprimente, no…. es el día a día de estos dos personajes y en especial de Jack que es a quién acompañaremos de aquí en adelante. La película trata de ubicarse en todo momento en el lugar del pequeño quién tiene un concepto bien establecido aunque erróneo sobre el mundo que lo rodea, esa es la premisa del film, el drama claustrofóbico tiene un toque sombrío y pesimista pero está rodeado de un aura de emotividad abrumadora y las escenas más crudas en realidad son bastante fáciles de digerir. Una de las cosas que más se puede destacar de ROOM es el conflicto interno que sufre el pequeño Jack cuando su mundo cambia radicalmente de la noche a la mañana, el mismo hecho de que “JOY” (la madre) piense que ya es momento de hacer algo al respecto le da un nivel de tensión brutal al film. El desarrollo nos lleva a la parte más intensa del largometraje: precisamente el momento del escape; absolutamente magistral como está manejado, el descubrimiento, la sensación de estar perdido en un mundo extraño, el temor de hablar con las otras personas; el momento de la camioneta te deja al borde del asiento esperando que todo salga bien (a pesar de que sabemos lo que va a suceder).
Se ha hablado de que la película tiene dos actos y que el primero es el bueno y el segundo ya no lo es tanto, pues si el primer acto es soberbio, crudo, intrigante e intenso, el segundo aunque más convencional es quizá la parte más emotiva y arrolladora de la película, es que precisamente la construcción de la primera hora permite disfrutar del convencional melodrama post-trauma a otro nivel, es una locura, parece que no sucede nada en esa segunda parte (con excepción de cierto acontecimiento) pero hay toda una evolución de sus personajes, y en este segundo capítulo se hacen palpables todos los temores y la depresión de Joy, el intento de adquirir confianza por parte de Jack, lo difícil que es continuar con la vida tras el Shock sufrido, la mayoría de las películas (de terror por lo general) terminan con la resolución del episodio traumático pero muy pocas se han detenido a desarrollar todo el conflicto que surge después, ¿que se convierte en un telefilme?, de ser así pues me cambio a ver los Emmy en lugar de los Oscar.

La película tiene una base sólida en su argumento, en la maravillosa adaptación propia de la autora del libro “Emma Donoghue” y por supuesto (por eso lo dejo para el final) en la extraordinaria labor de sus intérpretes:
Brie Larson sorprendió al mundo desde “Short Term 12” para los que vimos esa película sabíamos que había un potencial oculto en esta joven actriz, la interpretación de Larson es alucinante en todo momento, domina perfectamente cada matiz de su personaje y sabe cómo traspasar el umbral de la pantalla y convertir la vida de JOY en una experiencia vital para el espectador.  En ocasiones la carrera de los premios de la academia se equivoca en elegir a la favorita, pero en este caso NO, Brie Larson se mereció ese Oscar sin dudas.

Para terminar, es UNO SOLO que aparece por cada década, un solo prodigio interpretativo infantil, si señores, Jacob Tremblay es un milagro absoluto, asombroso en todo momento, parece mentira pero en muchas escenas le roba el protagonismo a la misma Brie Larson, lo que hace este niño es admirable y extraordinario, y aún más cuando nos damos cuenta que en realidad Jacob tiene 9 años (unos 8  cuando rodó ROOM) y el personaje tiene solo 5. El control que tiene sobre las escenas, la capacidad para abarcar un sinnúmero de emociones es que se me escapa de toda lógica, hay que tener un talento natural para trabajar con ese grado de madurez y entrega a tan corta edad. Que Matt Damon (The Martian) esté nominado como mejor actor y Tremblay no, es un chiste, y si quieren hacer el fraude de categoría, con mucha más razón debería estar en el quinteto de secundarios entonces. Del reparto hay que destacar a Joan Allen, está muy bien y tiene un par de grandes escenas.
Gracias a todos los responsables de este film: Lenny Abrahamson, Brie, Jacob, Emma; gracias por entregarme exactamente la película que estaba esperando. 

VALORACION

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